miércoles, 14 de marzo de 2007

Simplemente Música...


The electricity is gone
I want to cut
And slice myself to death,
But daren't risk it.
Instead I turn myself off,
Alone again
NÝ BATTERÍ. SIGUR RÓS

Me gusta escuchar música todo el día. Es como tener una banda sonora para cada momento. Con audífonos o sin ellos, pero tener aquellos pedazos melódicos en la mente para decorar los momentos dramáticos de cada día: los encuentros sorpresivos, las noticias desagradables, segundos de infundado pánico, risas sinceras, risas nerviosas, discusiones lapidarias, conversaciones íntimas y sinceras... Por lo menos yo necesito tener esa banda sonora todo el día en mi cabeza para acompañar el encuadre perfecto de cada situación diaria.

Hice una selección para mi reproductor de Mp3 esta mañana. Al escucharla durante el día, me di cuenta que el compilado era más bien triste y nostálgico, muy cargado a las letras que hablan de soledad, desesperanza y amores perdidos. Por ejemplo "Superhero" de Carptree: I’ve got a secret identity/ Yes that’s what I have/ It’s how it must be/ Because you never/ Notice me/ The Superhero. O esta otra de Blackfield "Epidemic": An epidemic in my heart/ Takes hold and slowly poisons me/ Her will won't let me be/ It comes in waves and bleeds me dry/ This love is slowly killing me/ For me, there's noone else... Supongo que aún mi estado de ánimo no es el mejor, pero por lo menos tengo clara la importancia de contar con una banda sonora decente para cada circunstancia... para aquellos momentos en que recuerdo algunas gloriosas noche de jarana dantesca o amaneceres líquidos y transparentes adosado a tu cuerpo aún sudoroso y algo emputecido por mis estupideces borrachas. Música para rememorar las aventuras de la infancia, en los cerros pelados de Antofagasta o en las parcelas polvorientas y secas de Batuco. Música para revivir aquellos momentos iniciáticos de la adolescencia. Música para sorber otra vez la ambrosía de la vida, ojalá con un nuevo sentido de sorpresa y encantamiento...

Y la foto? A simple vista no tiene mucho que ver con la música, pero ahí está el Mauro (sentado al medio) el amigo del alma con quien di mis primeros pasos dentro de maravilloso mundo del rock progresivo a fines de los 80. Sentada a la derecha, está la Pili (todavía me arrepiento de haber terminado con ella) mujer de voz excepcional que también cayó en las redes del progresivo; Oscar (sentado en el suelo, al centro) baterista de R.U. Kaiser y con quien pasamos años de goce progresivo durante largas noches de cerveza, pitos y casetes mal grabados... Y yo, a la izquierda, paradigma sintomático del melómano redomado que a pesar de la "avanzada" edad, todavía necesita de una banda sonora para vivir día a día...

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