lunes, 13 de agosto de 2007

La Misma Ciudad de Mierda


Brightest city buried in the dust
Lonely people stop and stare at us
Together you and me are getting lost
The sky falls
SCARS. BLACKFIELD

He estado tan ocupado estás últimas semanas con lo del Festival de Cine que había dejado abandonado este funesto diario de vida público. Y fue por el mismo Festival que mis viejos huesos caninos fueron a para a Santiago para hacer la presentación de tan magno evento en la capital, cual hijo pródigo que regresa a la metrópolis después de ocho años anidado en el norte cálido, provinciano, aburrido pero protector y acogedor.

Santiago sigue siendo la misma ciudad de mierda de siempre. Rápida, furibunda, grisácea tirando para negro mortuorio. Una ciudad nada amable, atochada, plagada de máscaras y reptiles salvajes y caníbales; una especie de antro gigantesco en donde vagan huesos turbios, ciegos mendicantes y niños prohibidos. Una ciudad en donde es difícil encontrar un milagro, una epifanía, algo de belleza o simplemente algo de honestidad. Y me da rabia, porque de todas maneras tengo muy buenos recuerdos de Santiago de mis tiempos universitarios y de mi práctica en El Merculo. Pero ahora... nada, simplemente me encontré con una gran masa de asfalto, cemento y metal que parece hundirse cada vez más en las profundidades de la tierra, en su propia y particular podredumbre de capital insana con tendencia sicopática y esquizoide a fingir que es una gran ciudad...

En fin, de todas maneras lo mejor fue que me reencontré con la familia, con mis tíos, primos, sobrinos y mi gran amiga, la Chica Claudia. Una comilona de aquellas memorables, ponerse al día con lo acontecido en tantos años, todo bien regado con cerveza y vodka. Nada mal para tan breve regreso del hijo pródigo que se da cuenta como envejece y cómo la nueva generación familiar crece sana y robusta para continuar la descendencia...

Pero de todas maneras, Santiago sigue siendo una ciudad de mierda, un nido de esperanzas perdidas, un mala imitación de la vida mundana... Un monumento nefasto e inútil que simboliza todo lo que una ciudad no debe ser...

PS: Antes de que se me olvide... un abrazo a toda la gente de la Cineteca Nacional que nos atendió la raja mientras estuvimos por allá: Jota, María Isabel, Gisella y Carmen... Grandes!!!

No hay comentarios.: